Y de nuevo no hablamos. Y de nuevo no solucionamos nada. La diferencia es que esta vez volví feliz a mi casa. No podía parar de sonreír de tararear. Y en toda esa vorágine de positivismo (odd) pensé que ni siquiera valía la pena hablar esta vez. Para qué? Para no lograr nada y quedar mal. Nah. No esta vez. Planeo mantener esta actitud lo más que pueda. Ser indiferente frente a las cosas que por veces me molestan. Hasta ahora voy bien. Espero que me dure harto. Espero no tener que llegar a decir que progresivamente me dejaron de importar las cosas hasta que un día no me importó nada más.

No hay comentarios:
Publicar un comentario