lunes, 22 de agosto de 2011

Sueño

Regalame un beso?

Me ha dado vueltas todo el día esa frase. Es como si fuese lo único que puedo oír. Lo único que puedo ver. Te veo a ti. Y las palabras salen de mi boca antes de que pueda atajarlas. Luego el beso (el tan esperado beso), y después desaparezco. Desaparecemos. Nos volvemos inmateriales. Nos entregamos. Ya no vemos nada, cerramos los ojos. Llegamos a un lugar en el que no existen los aromas, no existen otros colores, otros sonidos, otras texturas. Sólo los nuestros. Sólo tú, yo y el beso. ¿Desaparecimos? ¿O desaparecieron ellos?

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