Seba. Perdón.
Perdón por estresarte, por ponerte de mal humor, por no estar a la altura. Por no entender qué significa estar al lado de una persona como tú. Por no ser capaz de desprenderme de mis viejos atavios, y presentarme ante tí, como te lo mereces. Perdóname porque no puedo dejar de verme las cicatrices, y sentirlas en carne viva otra vez.
Yo sé qe eres una persona fuerte. Puedo ver en tus ojos (la mayor parte del tiempo con una expresión fría y calculadora) cuánto has tenido que pasar. Y si estás aún aqui, pruebas que eres capaz de lidiar, no sólo con tus problemas, sino que además eres capaz de estar al lado de tu gente, y brindar tu apoyo incondicional. Lamento ser yo el tope de esta puerta. El punto negro de esta historia. El personaje rebelde. El que no va a reformarse jamás.
A diferencia de tí, no tengo la fuerza de luchar por mí. Si alguna vez lo hice, fue por la gente que me lo pidió, explicitamente. Pero ese recurso se agota con el paso de los días. Debo ser egoísta de una vez por todas y terminar con esto, cortar el problema de raíz.
Te Amo. En serio.