Le creo.

Le creo..  Le creo a tus lágrimas, a tu sonrisa, a tu buen humor.

La creo a los días, a tu cama.

Le creo a los muros, cuando me dicen cosas. 

Le creo a tus manos.

Le creo hasta a tus palabras, aún cuando me mienten.

Te creo a ti.

Por eso me voy.

Sueños de Autovalencia

Me gustaría tanto poder fumarme un cigarro ahora mientras escribo, o leo, o compongo... Aquí, en esta misma silla. Echo tanto de menos el estado de autovalencia y de pseudo-independencia que otorga estar en la U. Manejar plata propia, horarios personales, métodos propios para hacer las cosas... Echo de menos tener lugar para todas mis pilchas, ropas, cachureos... Ahora siento que voy de un lugar a otro con mis cosas, sin tener un lugar definitivo para todas ellas... Ya no siento que pertenezca totalmente aquí. Estar fuera dos años borró un poco la sensación total de pertenencia, que a decir verdad, nunca fue total... Viviendo sola me di cuenta que me gusta vivir así, que era a lo que aspiraba hace años, y fue bacan. Ahora lo extraño. Desde lo más complejo, como tener tranquilidad cuando no me siento bien... no tener que dar explicaciones, ni justificar por qué no me levanto cuando siento que no puedo... Hasta las nimiedades que envuelve la vida fuera de la casa paterna, como es poder fumarse un cigarro en cualquier momento y lugar.